Ve delante de la presencia del Señor y pregúntale si El cree que esta correcto que te traten de esa forma, pregúntale si eso es lo que tu te mereces, seguramente El te dará una respuesta a tu corazón, pero en medio de esas preguntas has aun lado los supuestos “sentimientos” que aun te ligan a esa persona, no pienses como novia o como novio de esa persona, piensa como Princesa o Príncipe de Dios que eres, si realmente esa relación puede ser de Dios o no y TOMA UNA DECISION.
Estoy más que seguro que si obedeces lo que Dios tiene que decirte tu vida será restaurada y Dios TE DARÁ LO QUE REALMENTE MERECES.
Y es que a pesar que yo no te conozco, se que tienes una carita de Princesa, y los chicos se que tiene un rostro de Príncipes, esos rostros que el enemigo ha querido desfigurar haciéndoles creer que no son merecedores de una VERDADERA Princesa de los Sueños y a las chicas de un VERDADERO Príncipe Azul.
TODO DEPENDE DE TI
Aunque parece mentiras, es cierto, TODO depende de ti, es decir que tú en el libre albedrío que Dios deposito en tu vida, eres libre de decidir que hacer:
1. Seguir soportando los maltratos verbales que quieren borrar tu rostro de príncipe o princesa de Dios.
2. Tomar la decisión determinante de dar un ALTO a esta situación, tomando la autoridad de un hijo o hija de un Rey y comprender que el que te amara, te amara tal y como eres.
Dios esta siempre dispuesto a guiarte sobre el verdadero camino que debes seguir, no te dejes guiar por los sentimientos encontrados, mas permite que Dios tome control de tus sentimientos y como Gran Alfarero pueda moldearlos nuevamente para que lleguen al lugar correcto donde deberían estar.
Ten por seguro que Dios tiene para ti una persona que te amara tal y como eres, con tus virtudes, con tus defectos y te amara más de lo que un día te imaginaste merecer. Esa persona especial vera en ti lo que nadie ha visto y será la ayuda IDÓNEA y no errónea que siempre has deseado.
No permitas que el enemigo te haga dudar del nivel de Príncipe o Princesa que ocupas delante de Dios.
